giovedì 18 aprile 2024

Recuerdos de un italiano en Londres

 



 

https://www.amazon.es/dp/B0CCBMKTFM

Advertencia

Cuando yo regresè de mi viajes en America  hablava un castellano muy pobre y essencial, nada especial; “un estilo tipico de un  camarero”,  me dijo una vez una tia que tenia cursos para gente que queria hablar con elegancia el primero idioma europeo y americano.

Me dì cuenta de que yo habia aprendido los fondamentos rudimentarios del lenguaje querido, con mi abuelita, una viuda que en su vida nunca habia estudiado el Italiano, con quien había pasado largas horas de invierno, hablando al calor de la chimenea de mi casa paterna cuando, en esos identicos dias de mi regreso a Italia, encontrando un Sardo yo le contestaba a sus preguntas en nuestro idioma isolano, con una mescla de sardo y castellano.

Por otro lado, también es cierto que mi tierra ha estado sujeta a influencias ibéricas (ambas catalanas y castellanas),  durante más de cuatro siglos, mientras que la familia Saboya se asentó en Cagliari y el resto de la isla recién en 1720.

Entonces me decidì a escribir esta historia en castellano como homenaje a mi raices antiguas, a pesar de mi limitaciones y de la probeza de mi lengua.

Así que discúlpenme los elegantes amantes del idioma español si decidí escribir mi historia como la viví: en las calles de Londres.

Como última palabra quiero decirles a los lectores que he dejado los títulos de los capítulos en inglés porque saqué esta versión de aquel original.

 

 

 

 

 

Prólogo

Mi primera vez en Londres fue en el 1977. Hace mucho tiempo. Aún recuerdo el día en que aterricé en el aeropuerto de Heathrow. Fue quando  murió Elvis Presley. Recuerdo desde mi autobús, en el interminable camino de una sola dirección que me conduciría a la estación Victoria (según el  boleto de mi autobús), la marcha de los seguidores en honor del cantante  de Memphis. Tenían en sus manos signos de su ídolo: "Elvis nunca morirá" o "Elvis para siempre", "Todavía vives en nuestros corazones" y cosas por el estilo.

No había sido realmente muy aficionado a Elvis; seguramente mucho más a  Jimmy Hendrix.

 Elvis era un mito demasiado controvertido a mis ojos; un gran cantante, por supuesto, no diría que no.

Pero a veces me sentía como si hubiera sido explotado por la industria exitosa estadounidense; ese tipo de negocio capaz de crear (y también destruir, si ellos lo quisieran) cualquier tipo de mito, cualquier tipo de estrella; '¿ya sabes? Esa clase de víctima del star system americano  como Marilyn Monroe o James Dean.

Yo era bastante crítico del capitalismo en ese momento. Pero, de hecho, ya tenía demasiados problemas por mi cuenta para criticar cualquiera cosa.

Entonces Yo era un joven lleno de esperanza y pena. Iba a Londres a olvidar un amor no correspondido; o tal vez solo estaba buscando algo que aún no había encontrado.

Había abandonado los estudios de mi universidad, sin dinero, sin trabajo, sin amor. Solo como una piedra sola puede ser.